viernes, 7 de mayo de 2010

Berlín, más que un sentido... un sentimiento

Lo bueno que tiene "llevarse" olores, sabores,... es que se registran en algún lugar de la memoria y no se olvidan.

Siendo consciente, como comenté, en Aveiro de lo que hacía "inconscientemente", me retrotraje mentalmente a viajes anteriores. Por ejemplo, a Berlín...


Aquí queda patente sobre todo la dualidad de lo que antaño fueran las dos Alemanias, se diferencian los edificios y las zonas perfectamente.


Me llamó mucho la atención dos cosas: el olor a especias en una parte de la ciudad, bulliciosa, danzarina, alegre...; los espacios abiertos, de repente te encuentras un parque enorme, donde dar un paseo y respirar, en plena ciudad. Me recordó en este sentido un poco al Retiro de Madrid (aunque no tienen nada que ver).



De todos modos, lo que se desprende de Berlín es más un sentimiento que un sentido, el de la pena. Parece mentira que a finales del Siglo XX existiera algo semejante. Nos fijamos especialmente en una cruz cercana al
río Spree (donde había más en su orilla).. en memoria del último muerto al intentar cruzar...




Fijaos en la fecha... el muro cayó en noviembre de 1989.


Ahora, traslademos este sentimiento a la actualidad, donde continúan pasando cosas iguales o peores, y lo único que se me ocurre es... ¡estamos locos, o qué!

1 comentario:

  1. Mi hijo Javi siempre me dice que Berlín es la capital que más le gusta de Europa, no por monumentos, sino por la vida que hay en ella; y parece mentira que ocurrieran las cosas que ocurrieron.Muy buena tu reflexión acerca de la cruz-recuerdo de un "mártir" por la libertad.

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